Historia - Cristalería San Carlos Sitio Oficial | 1949 - 2018

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SAN CARLOS


La gestación


El  departamento Las Colonias, ubicado en el corazón de la provincia de Santa Fe, albergó buena parte de una oleada migratoria que, proveniente de diversas regiones europeas, llegó a la República Argentina. Así es que, interesantes testimonios y descendientes de aquellos pioneros, dan cuenta de cómo sus raíces contribuyeron a engrandecer los designios de la Nación.

Finalizada la Segunda Guerra Mundial, el panorama europeo se presentaba incierto, desordenado, particularmente para muchos jóvenes que anhelaban una transformación positiva en sus vidas. Altare, pequeño pueblo de la Liguria Italiana, no escapaba al impacto de ese contexto inseguro.

Entre los años 1947 y 1950 la provincia de Santa Fe acogió a un importante número de extranjeros, entre los que se hallaban catorce jóvenes que conformaban el grupo denominado Tova (técnicos obreros vidrio Altare) cuyos conocimientos se centraban en la producción artesanal del cristal, tradición milenaria que fue enriquecida por sus antepasados italianos.

Altare fue un verdadero centro de irradiación de la producción cristalera, herencia que la antigua civilización fenicia dejó a la región de Liguria, que con el paso del tiempo alcanzó proyección al resto del continente, aunque con características artísticas que la diferenciaron de Venecia, quien aún cuenta con reconocimiento mundial en la materia.

El 8 de septiembre de 1947, en la ciudad de Génova, aquellos catorce jóvenes embarcaron en el buque “Mendoza”, de bandera argentina, para enfrentar un futuro más promisorio que el vislumbrado en el viejo continente. El 24 del mismo mes, arribaron al puerto de la ciudad de Buenos Aires, desde donde se trasladaron directamente a la santafesina localidad de San Jorge para fundar allí la Cristalería que llamaron SAICA (Sociedad Anónima Industria Cristal Artístico).


La fundación


Anselmo Gaminara, el más joven del grupo, mostraba habilidades para el diseño de objetos de cristal. En 1949, junto con otros artesanos lígures que habían llegado con él, fundó la Cristalería San Carlos, en la ciudad homónima. A partir de ese momento comienza a tejerse una tradición que, reflejando el espíritu de sus precursores, hará conocer a Argentina también por sus cristales.

Podría afirmarse que la localidad de San Carlos Centro, cuya identidad productiva de origen fue agropecuaria, asimiló positivamente el establecimiento de una cristalería adoptándola como nueva fuente laboral al ofrecer a su población la posibilidad de alcanzar otra opción ocupacional sin depender exclusivamente de las condiciones climatológicas. Poco a poco el hombre de campo fue incorporando conocimientos y abriendo sus talentos hacia esa nueva artesanía. Los maestros del vidrio, guiaron a aquellos hombres que como aprendices, con el tiempo y mucho esmero, pasaron a ser oficiales y más tarde, jefes especializados, conformándose así un núcleo de artesanos altamente especializados. Las piezas que producen estos artesanos gozan de prestigio internacional, logrando que la localidad haya trascendido, a través de los años, con identidad propia.

Los resultados de las primeras experiencias de fabricación, no fueron todo lo positivo que se esperaba. Por un lado, el sistema empleado no era compatible con la materia prima adquirida y, por otro lado, la energía disponible no respondía a la demanda del elevado consumo requerido. A esto deben sumarse las dificultades económicas que acuciaban a la sociedad a raíz de las deudas adquiridas.

Las formulas para lograr un cristal de mayor calidad, fueron mejoradas y además se pudieron obtener materias primas superiores que permitieron un crecimiento de la producción que redundó en un notable incremento de las ventas.
El periodo comprendido entre los años 1954-1979 puede considerarse como un ciclo esplendoroso para las cristalerías. Esto se vio reflejado en los 186 talleres de tallado transformando a la ciudad en un importante centro de la industria del cristal.

La recesión económica que afecto a Argentina en la década de los años 90, también impactó en la industria cristalera que debió afrontar serias dificultades económicas y lamentables consecuencias.

Hoy, sosteniendo el espíritu de los fundadores, nuevas generaciones continúan defendiendo esta identidad que se corona cuando finalmente el 5 de junio de 2013 San Carlos Centro se convierte en la Capital Nacional del Cristal Artesanal.





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